Aceleración de la extinción
No se conoce el número de especies que existen en el mundo. Hay unas estimaciones entre 5 a 50 millones, incluso algunas llegan a calcular hasta los cien millones. Sin embargo el número de especies catalogadas es sólo de 1.400.000, de las cuales el 85% viven en el dominio terrestre. Entre insectos, arácnidos y crustáceos hay unas 850.000 especies y 300.000 son especies vegetales. La mayor concentración de especies se da en los trópicos, se llega a creer que sólo de insectos puede haber allí unos 30 millones. Es decir que la mayor biodiversidad está en esa relativamente pequeña franja del planeta.
Según el registro fósil, se ha calculado que durante los períodos de extinción normal, es decir sin que intervenga ningún cataclismo, la pérdida es de una especie cada cuatro años. En la actualidad se extinguen entren 30,000 y 50,000 especies al año.
Los seres humanos ponen en peligro la existencia de otras especies de varias formas, con la caza, la introducción de especies foráneas, la deforestación de los bosques y por la fragmentación de hábitats, y conforme se reducen éstos se reduce la capacidad de la Tierra para sostener su herencia biológica. En el año 1.600 los seres humanos eran 500 millones, en el 2.050 habrá 10.000 millones. En la actualidad se consume el 40% de la productividad primaria neta del planeta, es decir casi la mitad de la energía disponible para sostener a todas las especies.
Una estimación conservadora indica una pérdida de 3% a 9% de las especies del planeta para el año 2000. Si se mantiene el ritmo de extinción, el número actual de especies se habrá reducido a la mitad para el año 2050.
Este volumen de desapariciones sería comparable a las producidas en una de las cinco grandes crisis biológicas de la historia del Planeta. En este caso no sería por un cambio climático global, el retroceso del nivel del mar, o por la caída de un asteroide, sino por nuestra especie, que como dice Richard Leakey, en su libro “La sexta Extinción”: “El Homo sapiens está maduro para ser el destructor más colosal de la historia”.
El impacto creciente de las actividades humanas en la naturaleza está provocando una pérdida de biodiversidad acelerada. La causa principal es la destrucción de ecosistemas de gran interés, cuando se ponen tierras en cultivo desecando pantanos o talando bosques, cuando se cambian las condiciones de las aguas o la atmósfera por la contaminación, o cuando se destruyen hábitats en la extracción de recursos. Además la caza, la introducción de especies exóticas y otras actuaciones han provocado la extinción de un buen número de especies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario